miércoles, junio 15, 2005

Acupuntura

Su acupunturista decidió cambiar de estrategia hace un par de semanas. Pensaba que ya se había acostumbrado al dolor, pero ahora lo pincha en otros puntos donde duele más. Después de pincharlo lo deja en paz con las agujas por todo el cuerpo durante media hora, así que puede tratar a más pacientes a la vez, o sea que casi siempre tiene un público para oír sus gritos. A veces cree que la gente que lo oye pero que no lo ve debe pensar que están teniendo una sesión de sadomasoquismo, aunque por degracia no lo excita (al menos no a él, en cuanto a la acupunturista no está seguro). Lo que lo tranquiliza es que no es el único que grita. A él le parece que está haciendo un curso para aprender a aguantar el dolor físico, y está haciendo progreso.

También está haciendo un tratamiento complementario. Todos los días, tiene que quemar unas hierbas chinas que parecen un puro y calentar con ellas cuatro puntos determinados de la zona del ombligo, diez minutos sobre cada punto. Con un cenicero al lado, para evitar que las cenizas caigan sobre la barriga, cosa que ya le pasó un par de veces. En el hotel en Londres se siente muy raro cuando tiene que pedir una habitación para fumadores. Una vez, cuando estaba "fumando" en la habitación, llamaron a la puerta para decirle que en la recepción se había disparado la alarma de fuego, así que ahora siempre lo hace al lado de la ventana abierta y no justo debajo del detector de fuego. Le dio un poco de vergüenza, porque esas hierbas producen muchísimo humo y enseguida llenan la habitación de un olor muy fuerte. Cuando le abrió la puerta, le dijo que estaba haciendo un tratamiento, y no sabe qué pensó el pobre señor.

A todo el mundo le gustan los viernes y por eso, después de la sesión del viernes pasado, su acupunturista le regaló como "postre" algo nuevo. Se llama aguja fuego. Le dijo que es más efectivo y él la cree perfectamente porque también duele mucho más. ¿Cóme se hace? Pues, se calienta la aguja con una llama, no una pequeñita de un mechero sino la de un quemador de Bunsen. (Le dijo que cerrara los ojos, pero no pude controlor la curiosidad y evidentemente se asustó al ver la llama.) Se pincha la aguja calentísima con fuerza y se la saca inmediatamente. Lo pinchó cuatro veces, dos en cada brazo. Ahora parece un drogadicto, porque tiene cuatro puntos rojos como recuerdo de los pinchazos. Ahora tiene miedo que vayan a jugar a aguja fuego en todas las sesiones. Se está acercando al punto en que el tratamiento le hace sufrir más que la dolencia. Vuelve a creer en la eficacia de las flores de Bach.

6 Comments:

Blogger maRia dice...

Ay mi niño, ya sabes lo que opino de las agujas...me ha quedado el cuerpo FATAL tras leer esto.
Necesito unas hierbas para tranquilizarme...
;)
Nanit and kisiños to ease the pain.

15/6/05 01:40  
Anonymous Anónimo dice...

xiquet! seguro que esta señora te hace acupuntura..?? no será una bruja del vudú?? por cierto me he reido mucho con la fumera de london, jejej!! la cuestión seria: funciona o no?

15/6/05 10:30  
Blogger Marquesita dice...

es tan divertido, aunque para ti sea un sufrimiento, es tan gracioso como lo explicas...habrá que ver como te va con las flores de bach, eso no deja ninguna marca...son sutiles... besitos.. que pases un buen día

15/6/05 10:44  
Blogger Susana Aparicio dice...

uuffff que dolor... a mi solo de leerte ya me hacia daño.

un abrazo!

16/6/05 19:20  
Blogger El guiri de Barcelona dice...

maRia: hierbas, esto es lo que yo necesito también.

HannaB: si funciona? Lo que sí funciona es el detector de fuego.

Charito: gracias, creo que hoy será un buen día.

Susana: lo siento, eso no fue mi intención!

Sole: sí, requiere valor, aunque siempre hay límites. No me gusta su método de "Vamos a más".

Besitos a todas (¿que ya no tengo lectores masculinos?)

19/6/05 14:51  
Blogger El guiri de Barcelona dice...

Ei, Bart, un comentario de este estilo ya lo había esperado, porque tú eres el guiri lacónico de Dublín! Besitos a ti también.

19/6/05 21:53  

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