Un guiri en Barcelona

martes, diciembre 27, 2005

El tres de enteros


Como se puede ver en la foto, el tres de enteros siempre se aparta de la manada, tanto en Kenia como en Barcelona. Así lo quiere el Universo. Cuando llegamos tarde para ver la jam session en el bar que lleva el nombre del gran pedo que hizo nacer este mismo universo, decidimos jugar al billar. Como querían cerrar el bar, sólo nos dejaron jugar dos partidas, así que al principio de la tercera partida, nos la fastidiaron metiendo las bolas con las manos. Les dije, con mi diplomacia innata, que tenían toda la razón del mundo, pero que al menos podían tener el detalle de devolverle al contrabajo los 1,5 euros que había pagado. Seguramente no conocían a la cantante, porque se atrevieron a negarse, así que ella metió las bolas restantes en su bolso. El guitarrista, el más joven pero también el más pacífico del grupo, consiguió convencer a la cantante de devolver las bolas. Pero a mí me molaba el número que nos estábamos montando, y como ya se habían acabado las buenas relaciones entre los dueños del bar y los músicos, decidí acabarlas bien. ¿Decidí? No, el Universo lo decidió en mi lugar, porque yo nací con cara de inocente y cuando el tres de enteros se me acercaba mientras todo el mundo estaba mirando a la cantante, no me pude resistir. Ahora el tres de enteros vive felizmente en la estanteria de la casa Roger The Flower, lejos de las demás bolas con sus números y rayas tan imperfectos.

jueves, diciembre 22, 2005

Pisco sour


Especialidad de la casa Roger The Flower: el pisco sour malhecho. Se exprime unos cuantos limones, se echa azúcar blanco en el zumo, se echa hielo triturado, la clara de un huevo y un buen chorro de pisco. Se recomienda triturar el hielo con una máquina especializada y no con un martillo de uso general. Se agita como un loco y se sirve una copa para cada uno. Se llega más fácilmente al deseado estado de embriaguez si se toma con el estómago vacío, por lo que se recomienda tomarlo como aperitivo, por ejemplo mientras se está preparando la comida. El día siguiente se presume de la embriaguez extrema del día anterior con las palabras siguientes:

¡Vaya pedo que nos agarramos ayer con el pisco sour!

Y todo esto sin sufrir los efectos indeseados de la resaca, porque no duele ni la cabeza, ni el estómago, ni nada. Sólo duele el malestar por algún pequeño comentario que hubieras preferido no hacer y algún otro comentario que prefieres que no te hubieran hecho. O algo así.

viernes, diciembre 09, 2005

El patio


Desayuno a la hora de comer con vistas al patio interior. Me gustaría que me echara la gota en el ojo, pero creo que ahora no es el momento idóneo. Al otro lado del patio, un 33 está fumando y mirándome. Por encima del 33 dos palabras que no consigo identificar. ¿Poble Sec? ¿Polar Bear? Creo que ninguno de los dos. Tira la colilla al patio interior y desaparece del balcón. Menos mal que el patio interior no es un parque natural. Me echo la gota a mí mismo y lo consigo en el segundo intento. Me preparo otra tostada con margarina, pavo y cebollitas. Aparece otro hombre en el balcón de enfrente. (¿El hijo? ¿El novio?) Comprueba si la toalla está seca y la recoge. Vuelve a aparecer el chico en el balcón de al lado. Ahora lleva un gorro con triángulos azules y blancos. Golpea una alfombra contra las rejas del balcón. (¿Se están peleando?) En el primer balcón vuelve a aparecer el mismo chico, ahora sin gorro, para fumar y tomar un café. En lugar de mirar el patio, se sienta en una silla. Por la postura de la cabeza deduzco que está leyendo. Su peinado y su forma de vestir también me hacen pensar que es el intelectual de la casa. La ventana del segundo balcón se vuelve a abrir. Aparece un hombre para tomar un café con vistas al patio. Creo que es el hombre 33, pero apenas lo reconozco porque ahora lleva un jersey. Después del café otro cigarro. Resulta que el hombre del jersey no es el 33. Ya son tres. Apuesto por un piso compartido. El jersey y el 33 podrían ser una pareja. El intelectual da patadas al suelo con el pie izquierdo. Está escuchando música, leyendo y fumando al mismo tiempo. Otro tópico sobre los hombres que podemos tachar de la lista.