Un guiri en Barcelona

domingo, enero 30, 2005

La font

Fa molts molts anys el seu poble va rebre la visita d'una bruixa. La bruixa era jove, guapa i molt molt dolenta. Va anar a la font del poble i va exclamar: "Totes les persones que beguin aigua d'aquesta font, es tornaran bojes." Com que el poble no tenia cap altra font i tampoc no hi havia cap Caprabo per comprar garrafes d'aigua, havien de beure l'aigua, així que l'amenaça de la bruixa es va fer realitat. Els pobres habitants del poble van oblidar-se de les seves responsabilitats i només volien fer el ridícul. Ni tan sols sabien que eren bojos, perquè un boig pren un altre boig per normal.

Només l'alcalde i la seva secretària tenien la seva pròpia font, així que no estaven obligats a beure l'aigua de la font damnificada del poble.

El poble sempre havia estat molt content del seu alcalde. Ja havia canviat de partit cuatre vegades, però això els era igual. Sempre el votaven. De fet, ja no s'atrevia cap altra persona a presentar-se per les eleccions, perquè sabien que no tenia possibilitats de guanyar. Però últimament notaven que el seu estimat alcalde i la seva secretària havien començat a comportar-se d'una manera peculiar. Ja no es comportaven com tothom. Es van manifestar davant de l'ajuntament:

Fora l'alcalde!
Ves-te'n, ja no ets un de nosaltres!
No volem un alcalde boig!

Uns mesos després un dels bojos del poble es va presentar per les eleccions municipals. L'alcalde només va rebre dos vots. Tots els altres vots van anar a l'altre candidat. L'alcalde va pensar: "Què li passa a aquesta gent? Què puc fer per tornar a guanyar les eleccions d'aquí a cuatre anys?" Així que al final es va decidir a beure l'aigua de la font del poble per poder comportar-se com tots els altres.

miércoles, enero 19, 2005

El civismo


Parque de la Ciutadella


Los fines de semana solían ser una fiesta en el parque de la Ciutadella. Los djembes sonaban, la gente bailaba. Parece que la música no les gustaba a algunos vecinos. Nunca se había visto un ayuntamiento tan eficaz. Al cabo de una semana de tímidas protestas prohibieron los djembes. Mientras tanto, en el paseo de Pujades los coches siguen sin parar delante del paso de peatones que debería hacer posible que estos mismos vecinos entren en el parque sin poner en peligro sus vidas, pero esto no parece molestarles. Tampoco les molesta que estos coches hacen mucho más ruido que los djembes.

Al guiri le recuerda a la posición de la iglesia católica sobre el uso del preservativo. No estamos aquí para disfrutar de la vida. (¿O están en contra porque sin preservativo disfrutamos más?)

domingo, enero 16, 2005

Le Greenwich

Fue con su amigo Bart al café "Le Greenwich" en el centro de Bruselas, mas precisamente en el barrio enfrente de la bolsa. Un café de toda la vida en medio de un barrio de moda. El público consistía en una mezcla preciosa de aficionados al ajedrez de edad más bien avanzada (el público de toda la vida, mayoritariamente francófono) y jóvenes que se han instalado en el barrio en los últimos años (el público fashion, mayoritariamente flamenco). El café mismo también era precioso. Sólo faltaban unas curvas para meterlo en la casilla del Art Nouveau.

Encontrar el café es fácil. Vas a la bolsa, cruzas la avenida delante de ella, aproximas cualquier persona jóven y vestida originalmente y preguntas "Excuseer, weet je waar de Greenwich is?" La respuesta suele ser: "Yo también voy allí."

Se dedicaron al ajedrez atómico, una variante blasfémica del ajedrez oficial. Es mucho más destructivo y las partidas se acaban mucho más rápido. Tuvieron suerte que ninguno de los expertos vino a contemplar su tablero.

Bart ganó nueve de las diez partidas.

viernes, enero 14, 2005

La etiqueta de un rico estresado

Lo llamó un cierto Jalal, un trader del banco en Nueva York. Él le explicó por qué el programa no le daba los resultados esperados y cómo tenía que cambiar el input para que lo hiciera. Jalal prefirió no entenderlo y insistió que se tuviera que cambiar el programa. Él intentó otra vez explicárselo, buscando otras palabras para que también una persona no técnica lo pudiera entender. Jalal le contestó: "Let me tell you one thing, I don't give a shit!" No le interesaba por qué no funcionaba, los datos que le daba el programa estaban "fucked up" y teníamos que arreglarlo lo más rápido posible.

Los traders ganan muchísima pasta, por lo que creen que pueden tratar a los informáticos cómo les dé la gana. Las reglas básicas de la buena educación no se inventaron para ellos.

Él no cayó en la trampa de utilizar el mismo lenguaje y siguió hablándole con calma en su inglés más polite. Después de colgar, se acordó de una película basada en un libro de Charles Bukowski, que había visto hace muchos años: (El nombre ha sido sustituido por el protagonista de este relato.)

Personaje A: Jalal? The only thing he's got is money.
Personaje B: Poor Jalal...

martes, enero 11, 2005

La ballena azul

Liesje empezó a llorar, porque no podía ganar en "4 op 'n rij" (aquel juego donde tienes que formar un línea de cuatro de tus discos). Tenía cuatro años y no entendía que es más bien difícil ganarle a una niña de siete años. Él, que estaba durante dos semanas en su tierra, también perdió con Marc, su hermano mayor.

También jugaron otros juegos. Resultó que su sobrino Arne, de once años, sabía cosas que ni sus padres ni los demás comensales sabían, como por ejemplo el nombre del animal más largo del mundo. Él se preguntó cuánto de lo que había aprendido en la escuela primaria ya había olvidado.